miércoles, 5 de junio de 2013

Reconectarse con la Divinidad. ~ Toni Romero


“En la última estación que te vi habías desterrado la noche de tus ojos incurables.”

Esos versos los escribí hace un tiempo, después comprendí que era yo viendo mis ojos através de un
Toni Romero en Pungu mayurasana
espejo. Son el recuerdo de un tiempo donde todo se derrumbó completamente. Me sentía morir cada segundo, realmente eso me estaba sucediendo.

Una forma de entender, de pensar, todo se estaba consumiendo y mi cuerpo en el punto medio del tránsito sufría y mi mente se debilitaba gravemente. La ansiedad me llevó a perder peso, apenas poder levantarme de la cama, subir unas escaleras hacía sentir mi corazón estallar en pulsaciones.

El alma, el cuerpo y la mente se habían desconectado completamente, o quizás nunca había sido consciente de esa trinidad interna y al despertar me hizo enfermar. No sabía en ese momento que eso sería mi nuevo origen, purificado nacería otra comprensión otra forma de respirar.

Fui levantando y cayendo. En la vida si quieres algo tienes la posibilidad de luchar por ello. Quizás consigas el objetivo, pero sin disciplina no hay camino. Si realmente alguien vino al mundo sin querer esforzarse su existencia será plenamente ausente de un conocimiento real.

El universo te va mostrando la dirección una y otra vez, si la contradices caes de nuevo, esos ciclos de aprendizaje, es la vida misma.

No tiene porqué ser fácil, aunque la dicha de haber salido adelante es la dulce miel de los dioses.

En la búsqueda casualmente descubrí el yoga. Demasiado enfermo para poder asistir a clases, tener un maestro …desde pequeño fui un lector insaciable y ese fue el punto de partida, los libros luego los videos de grandes maestros y así descubrí la tradicion de Ashtanga yoga. Al padecer de ansiedad tener que estar
noventa minutos, dos horas, mesurando la respiración es un reto.

El punto de partida de un ataque de pánico muchas veces parte de una respiración irregular, caos, pensamientos irracionales. Es difícil, pero una vez empiezas a ser consciente que tomas el control del momento presente, de tu vida, que estás en el universo respirando a Dios y reconectando con él, con la divinidad interna. Puedes empezar a vislumbrar tibiamente el camino para salir de la oscuridad, todo vuelve a su cauce la mente acalla.
En el “Hatha Yoga Pradipika” dice: bāhya-vāyuryathā līnastathā madhyo na saṃśayaḥ | sva-sthāne
Toni Romero en Eka pada Rajakapotasana
sthiratāmetipavano manasā saha || 51 ||
IV_51. Cuando cesa la respiración exterior también lo hace la interior entonces, la corriente de prāṇa y la corriente mental se detienen en el lugar apropiado.
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